sábado, 19 de noviembre de 2011

TANGUITO

Tanguito, leyenda, santo sin aureola, anti-héroe. Este material lo hemos tomado de rock.com.ar, fuente invaluable de quienes deseamos saber de donde vino la movida...


Tanguito se volvió una figura de popularidad masiva 21 años después de su muerte, acontecida en el otoño de 1972. Pero lo que llegó de su historia y su leyenda, gracias al film Tango Feroz, megaéxito en la Argentina y en varios países hispanoparlantes en 1993, fueron apenas retazos de su vida agitada, turbulenta, algunas veces hermosa pero también triste y terriblemente dramática.

La vida del verdadero Tanguito, la del negrito José Alberto Iglesias de Caseros, no fue nada fácil. Y de ese duro paso de apenas 26 años y unos meses por Buenos Aires, quedó el mito que sobrevivió al paso del tiempo. Pero por qué se instaló tan firmemente su figura en el inconsciente colectivo de una ciudad, mucho antes de que Marcelo Piñeyro reparara en su figura, es un misterio que seguramente nunca se podrá develar. Lo que sí puede hacerse, en todo caso, es una recorrida por su vida para hacer un intento de desentrañar qué misterios se conjugaron para crear una leyenda como pocas otras tiene el rock argentino.

En esta instancia aparecen datos por lo menos llamativos. Por ejemplo, que los hechos más trascendentes de su vida artística, que fueron finalmente los que lo hicieron perdurar, acontecieron en un lapso de menos de un año y medio. De diciembre de 1966 a abril de 1968 soplaron vientos a favor para su figura de morocho suburbial: en ese tiempo participó de un espectáculo en cierta forma antológico junto a varios de sus amigos músicos de La Cueva, compuso "La Balsa" con Litto Nebbia, vio cómo ese tema fue grabado y poco después se convirtió en un éxito de proporciones, ganó un buen dinero como autor, tuvo un papel protagónico en la irrupción en la ciudad de los hippies, actuó en la televisión, y consiguió grabar como solista y con producción por única vez en su vida. Todo, en sólo 15 meses. Entonces está claro que la gran incógnita de esta historia es cómo quedó tanto de tan poco.


Todo el día me pregunto

José Alberto Iglesias nació el 16 de setiembre de 1945 en San Martín, hijo de José Iglesias, vendedor ambulante de artículos de mercería en las ferias de Caseros y Santos Lugares, y Juana Correa, empleada doméstica y ama de casa. Tuvo una sola hermana, Carmen, cinco años menor que él.

En la escuela no le fue bien. Terminó a duras penas el primario, desertó temprano del secundario y su intento de estudiar jardinería en la escuela del Jardín Botánico quedó en eso, en intento. Pero lo suyo no eran los libros sino la guitarra, el divague y el canto rolling stone, de canto rodado.

La oportunidad le llegó en 1963, cuando consiguió convertirse en el grupo Los Dukers de Mataderos, que por entonces ya habían conseguido grabar en el sello Music Hall. Por entonces, sus amigos del barrio habían empezado a llamarlo Tanguito porque bailaba muy bien el rock'n'roll y le decían, en broma, "bailate algo, Tanguito".

En medio de una intensa actividad con actuaciones en clubes de barrio, en las que llegó a compartir programaciones con Sandro y Los de Fuego, los Pick Ups y los Bobby Cats -conjunto en el que cantaba Giuliano Canterini (Billy Bond)- entre varios más, Tanguito debutó discográficamente como voz líder de Los Dukes en la primavera de 1963, con 18 años, grabando un tema de Palito Ortega y Dino Ramos, Decí por qué no querés, y uno propio (aunque firmado por todo el grupo), Mi pancha. A fines de enero de 1964, apareció el segundo y último simple grabado por Tanguito con Los Dukes. El disquito incluyó Carnaval carnaval de Ball y Roger, en versión en español de Santos Lipesker, y Maquillada de Freddie Cora.

Promediando el otoño de ese año, Tanguito se entusiasmó con una posibilidad de hacer una grabación como solista, a partir de un contacto que un nuevo amigo suyo, Horacio Martínez, había logrado en el sello RCA Víctor. Entonces renunció a Los Dukes. Pero no llegó a grabar en ese momento en RCA con el nombre artístico que ya había escogido, Ramsés VII. Lo que sí consiguió, por su amistad con Martinez, fue llegar a un lugar en el comenzaba a cocinarse la música que después se llamaría rock nacional: La Cueva de Pueyrredón.


La Cueva

Originalmente llamado La Cueva de Pasarotus -antes habia sido un cabaret, conocido como Jamaica por un tiempo y luego como El Caimán-, el sótano de Pueyrredón 1723 casi Juncal albergaba en el invierno de 1964 a un buen número de músicos de jazz que empezaba a mezclarse con jóvenes de menor edad que traían otra música en sus oídos, el rock'n'roll.

Desde ese momento y hasta el cierre del local, en 1967, Tanguito compartió muchas noches con personajes como Moris, Javier Martínez, Alejandro Medina, Pipo Lernoud, Sandro, Billy Bond, Litto Nebbia, Miguel Abuelo, Horacio Martínez, Charly Camino, Carlos Mellino. En rigor, La Cueva pasó por distintas etapas. En la última, el grupo fijo que amenizaba el lugar era uno liderado por los rosarinos Litto Nebbia y Ciro Fogliatta, que luego se dio a conocer como Los Gatos.


Los días 7, 12 y 14 de diciembre de 1966, algunos músicos que frecuentaban La Cueva como Moris, Tanguito y Los Seasons (grupo del que formaban parte Alejandro Medina y Carlos Mellino), se unieron a otros como Bob Vincent y Susana, ante la iniciativa del periodista y poeta Miguel Grinberg, para celebrar una serie de conciertos titulados Aquí, allá y en todas partes, que tuvieron lugar en el Teatro de La Fábula de Agüero 444. En ese espectáculo, Tanguito cantaba, en un inglés sanateado, dos temas ya clásicos del primer rock'n'roll, Tutti frutti de Little Richard, y Perro feroz de Leiber y Stoller, ambos popularizados por Elvis Presley. Grinberg recuerda que Tanguito participó de esta experiencia con interés y responsabilidad, concurriendo a todos los ensayos.

Aquí podría ubicarse el comienzo de la más feliz etapa de su vida relacionada con la música. Poco después de estos conciertos, en una de las innumerables noches de naufragio del grupo de amigos de La Cueva que terminaban inevitablemente en el bar La Perla de Once, ubicado en Jujuy y Rivadavia, frente a la plaza Miserere, Tanguito comenzó la composición de "La Balsa", tarea que completó Litto Nebbia.


La balsa

El 19 de junio de 1967, Los Gatos grabaron "La Balsa" en una sesión tomada en carácter de prueba por el sello RCA. Anteriormente, el grupo había rendido un primer examen el 27 de abril, con el tema Ayer nomás de Moris y Pipo Lernoud (con letra modificada por Nebbia). El 3 de julio, el sello Vik, subsidiario de RCA, publicó el primer simple de Los Gatos con "La Balsa" y Ayer nomás. Veinte días después se cerró La Cueva, que venía siendo víctima de un despiadado acoso policial, con allanamientos cotidianos.

El 21 de setiembre, por iniciativa de Pipo Lernoud, se concretó la presentación formal de los hippies de Buenos Aires, en una reunión celebrada en Plaza San Martín. En rigor, se trató de un intento de oficializar de alguna forma la existencia de los pelos largos, para detener la persecución de que ya eran objeto los jóvenes que lo usaban. Esa tarde, Tanguito cantó en el centro de una ronda. Interesados por la colorida novedad, algunos medios periodísticos se dieron por enterados de la existencia de los melenudos porteños. El programa Sábados Circulares que conducía Nicolás Mancera invitó a los hippies alestudio de Canal 13, y así Tanguito pudo cantar varios temas ante las cámaras. Entre ellos, La balsa.



La princesa dorada

El 18 de enero de 1968, en días en que "La Balsa" era la canción más difundida y vendida del verano, Tanguito grabó dos temas propios en los estudios RCA, acompañado por la orquesta de Horacio Malvicino. Esos registros -La princesa dorada, escrito en colaboración con Pipo Lernoud, y "El hombre restante", coautoría con Javier Martínez- fueron los únicos que realizó profesionalmente como solista. El 4 de abril fue editado el simple de Ramsés VII por el sello RCA Víctor con los dos temas que Tanguito había grabado en enero. Pero sin apoyo de difusión de la compañía, y sin interés visible de su responsable porque se conociese suficientemente, la edición tuvo poco vuelo y fue un fracaso comercial. En ese momento podría ubicarse el final de sus días buenos.


La caída

A mediados de 1968, Tanguito tomó contacto con las jeringas y las anfetaminas inyectables. Hasta ese momento sólo había probado pastillas para no dormir y ocasionalmente marihuana. A esa altura de su vida, había cambiado sus amistades. Si bien mantenía cierto contacto con sus viejos compañeros de La Cueva, sus relaciones más estrechas las mantenía con gente que había conocido en el divague en las plazas y en los bares.

Con los brazos perforados por tantos pinchazos, Tanguito grabó algunas canciones entre 1969 y 1970, en los estudios TNT donde Manal, Moris y Vox Dei, entre otros, estaban registrando sus primeros trabajos para el sello Mandioca conducido por Jorge Alvarez, Pedro Pujó, Rafael López Sánchez y Javier Arroyuelo. Tanguito era parte del staff artistíco de Mandioca en forma tácita. Esos registros fueron hechos sin mayor cuidado con el único acompañamiento de su guitarra acústica, al parecer como boceto para que se pusiera en marcha la producción de un álbum. Pero ese trabajo elaborado nunca se pudo hacer.

En verdad, Mandioca publicó una canción de aquellas grabadas en TNT por Tanguito, Natural, posiblemente la más lograda en cuanto a la interpretación, que fue incluida en el compilado Pidamos peras a Mandioca que salió a la venta a fines de la primavera de 1970. Este LP también presentaba temas como Elena de Manal, Muchacho de Moris, Niño de color cariño de Alma y Vida, Verdes prados de Billy Bond y Nunca sabrás de Pappo, entre otros.

Poco significó para Tanguito aquella inclusión en el disco. El vagabundeo y las detenciones fueron cada vez más continuos. La persecución policial fue despiadada con él, y por eso muchas veces sus huesos fueron a dar a la cárcel de Devoto, acusado de contravenir edictos Policiales como los de ebriedad, mendicidad y vagancia, y disturbios en la vía pública.

Después de una de esas numerosas detenciones, en febrero de 1971, llegó a ser presentado por la división Seguridad Personal de la Policia Federal como cabecilla de una banda de narcotraficantes. En aquellos días comenzó una serie de periódicas reclusiones en la Unidad Penitenciaria del Hospital Borda, donde por otro lado se había puesto en marcha un servicio de atención a drogadictos. Luego de un período de meses tras las rejas, en el que fue sometido a tratamientos con electroshocks y shocks insulínicos que prometían cortar de cuajo el síndrome de abstinencia a las anfetaminas, en mayo de 1972 fue trasladado a la Unidad 13 del mismo centro asistencial, destinada a la internación de enfermos mentales.



De aquel siniestro lugar, Tanguito se escapó una madrugada. Unas horas después, a las 10.50 de ese día, el 19 de mayo de 1972, murió bajo las ruedas del tren del Ferrocarril San Martín, pocas cuadras antes de la estación Palermo. Era el tren que podría haberlo llevado de regreso a su casa en Caseros City. Ningún diario publicó su muerte.

En 1973, el sello Talent conducido por Jorge Alvarez y que actuaba como heredero directo de Mandioca, lanzó a la calle el álbum Tango con las desprolijas grabaciones que había hecho Tanguito en TNT.

En el verano de 1993, junto a otros discos históricos del rock nacional como 30 minutos de vida de Moris, el doble Manal de Manal, Desatormentándonos de Pescado Rabioso y Películas de La Máquina de Hacer Pájaros, apareció Tango en compact disc. La tirada de dos mil emplares se agotó de inmediato.

En 1987, Marcelo Pineyro se interesó por la leyenda de Tanguito para la que sería su ópera prima, y luego de marchas y contramarchas, consiguió hacer su película. Se llamó Tango Feroz, fue estrenada en el invierno de 1993, y esa es ya una historia conocida.

"Yo soy Ramsés"

A fines de 2009, con 42 años de retraso, finalmente vio la luz una grabación del 20 de octubre de 1967 en el Estudio TNT. Bajo el nombre "Yo soy Ramsés", este disco incluye tres canciones totalmente inéditas y otros temas en versiones desconocidas.

Fuente: http://www.rock.com.ar

Fotos: http://www.rock.com.ar/bios/0/213.shtml




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